Por Victor Canseco
Hay muchos tipos de alumnos, los más importantes se pueden englobar en dos categorías: los que estudian y los que no.
Empezando por los que no estudian, tenemos al alumno que no estudia y suspende, este tipo de alumno no hace ningún esfuerzo por aprobar, así que se tira las tardes enfrente de cualquier pantalla. El día del examen pone su nombre y descansa.
El siguiente es el alumno que no estudia pero aprueba. Tiene una inteligencia natural, lo que le basta para superar, “por los pelos”, los exámenes de la mayoría de las asignaturas.
Existe un tipo de alumno que es una mezcla de ambas categorías, no hace nada durante todo el curso, pero, cuando llegan los exámenes de septiembre, intenta aprobarlos con los conocimientos adquiridos durante el verano. El resultado de estos alumnos es dudoso, ya que puede aprobar, si ha estudiado por el verano, o no, si se ha tumbado a tomar el sol.
Dentro de los alumnos que estudian, se puede encontrar al alumno que se tira toda la tarde apartando su vista de los libros sólo para las necesidades básicas. El día del examen gastará unos cuantos folios, como si estuviera reescribiendo el libro de texto.
Continuamos con el alumno que atiende en clase. Con los conocimientos que ha acumulado escuchando al profesor y un poco de estudio en casa, es capaz de presentarse al examen listo para sacar una buena nota.
Luego, está el alumno que estudia concienzudamente, pero el día del examen, a veces, no consigue llegar al aprobado. Este tipo de alumno no es capaz de retener los conocimientos en su cabeza, por lo que acaba olvidándolos.
Otro de esta categoría es el alumno preguntón, que aprueba gracias a las variadas preguntas que llegan a su cabeza todos los días, algunas con sentido, otras totalmente estúpidas. Por lo general, suele repasar el tema varias veces en casa.
Por último, existe un tipo de alumno muy especial, resulta casi imposible incluirlo en alguna de estas categorías, porque realmente su existencia es inexplicable, pero sin él una clase no tendría ningún sentido. Estoy hablando del alumno pelota, ese alumno que hará lo imposible para que el profesor le suba unos cuantos puntos. Siempre que alguna oportunidad se le presente, sus rápidos reflejos le harán levantar la mano y ofrecer sus servicios.
Por Jairo Blanco Muelas
Los tipos de futbolista que yo distinguiría son los siguientes:
Por Luis Ángel Blanco Redondo Gutiérrez
Para mí hay varios tipos de futbolistas y son los siguientes:
-Futbolistas “ombligo del mundo”: Es aquel futbolista que se cree foco de todas las miradas y que se siente el más importante del mundo, ya sea a nivel mundial o a nivel de su equipo del barrio. Es aquel al que sólo le preocupan sus metas particulares y que siempre quiere ser él quien marca el gol. Suelen ser futbolistas que celebran los goles de forma individual y que se burlan de los rivales haciendo regates muy buenos, caños, etc.
-Futbolistas “franquicia”: Son los mejores jugadores del equipo, los que ponen la calidad al servicio del mismo. Estos también pueden ser, a su vez, futbolistas “ombligo del mundo” o jugadores de equipo que ponen su calidad al servicio de sus compañeros y del equipo para sacar el partido adelante. Pueden ser, desde porteros hasta delanteros, ya que la posición no importa para ser el mejor del equipo.
-Futbolistas “sombra”: Son aquellos que nunca serán noticia más allá de algún partido en concreto. Son futbolistas que se preocupan por ayudar y animar a los demás compañeros y que, aunque no hayan jugado ni un minuto, se alegran de que su equipo gane. Casi siempre suelen ser jugadores de corte defensivo, que casi nunca marcan goles, pero que son muy queridos por la afición.
-Futbolistas “líderes”: Suele tratarse de jugadores que no tienen que ser los mejores del equipo, pero suelen ser los capitanes. Estos jugadores son normalmente veteranos que ya llevan muchos años jugando al futbol y han tenido miles de experiencias.
-Futbolistas “fracaso”: Son aquellos futbolistas que generan gran expectación en su llegada a un club, dada su buena trayectoria en equipos anteriores, pero que nunca llegan a ser como antes, como se les esperaba. Unas veces es por inadaptación y otras, por continuas lesiones que les impiden jugar. Por ello, estos jugadores se convierten en un fracaso.
Estos son algunos de los tipos de futbolistas que se me ocurren, habrá muchos más, pero estos son de los más importantes.
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